5/17/2006

Para Ambrosio

Me encontraba sola por siglos En una morada de tierra y raíces asombrada observaba mi cuerpo deshacièndose entre humus y vegetación tanto tiempo sosteniendo recuerdos, viviendo de la memoria de lo que no tuve. El darme a tu cuerpo es la respuesta al llamado de tus manos extendidas es la fuerza que me atrae irremisiblemente, al pene que atraviesa, hasta mi sistema sanguíneo. y yo lo recibo como una larga caricia de savia y vida. como un abrir de pétalos un estremecimiento de hojas porque solo así lo tengo. me dice -amor- me llama por mi nombre y está conmigo. Porque cuando atraviesa mis túneles centenarios despierta la humedad guardada y me extiendo a esta nueva piel. soltando mi cabellera, para amanecer en un largo orgasmo que explota en mi cerebro. Todo para ti Ambrosio que buscas abrigo entre mis piernas, embrujándote con el olor de mi sexo, que me abres de un tajo un arañazo seco (casi indoloro) tus dedos exprimen haciendo fluir el jugo placentero rompiendo la tensión externa de los delicados pliegues igualando al llanto, liberando, al fin, mis cuidadas lágrimas retenidas en aquel mundo donde soy la mujer poderosa y dónde sólo tú sabes la infinita pequeñez de mi existencia. Pero, yo no puedo penetrarte ni oler tu perfume salobre aunque sé que fluyo en tu sangre cada uno lucha solo, contra el miedo y la tristeza eres un animal herido y sin plemente en tu aullido me hermano contigo. Te pierdo, sin embargo, cuando la vida florece en tus ojos tristes y extraviados en tu cuerpo esquivo que no abraza y en esta casi la hora de mi partida adormecido te acuestas en silencio lejos de lo que fue mi guarida.

2 comentarios:

alasdemariposa dijo...

una entrega no correspondida. Un vals en solitario, un tango a medias. Un encuentro, una unidad sólo en la carne y la ilusión que sea en la sangre.

¡pobre Amborosio¡

José Antonio Galloso dijo...

Paladear el sabor de lo imposible, olerlo, sentirlo hasta casi la locura y no tenerlo.
Hermoso