Me encontraba sola
por siglos
En una morada de tierra y raíces
asombrada observaba mi cuerpo deshacièndose entre humus y vegetación
tanto tiempo sosteniendo recuerdos, viviendo de la memoria de lo que no tuve.
El darme a tu cuerpo es la respuesta al llamado
de tus manos extendidas
es la fuerza que me atrae irremisiblemente, al pene que atraviesa,
hasta mi sistema sanguíneo.
y yo lo recibo como una larga caricia de savia y vida.
como un abrir de pétalos
un estremecimiento de hojas
porque solo así lo tengo.
me dice -amor-
me llama por mi nombre
y está conmigo.
Porque cuando atraviesa mis túneles centenarios
despierta la humedad guardada y me extiendo a esta nueva piel.
soltando mi cabellera,
para amanecer en un largo orgasmo que explota en mi cerebro.
Todo para ti Ambrosio
que buscas abrigo entre mis piernas,
embrujándote con el olor de mi sexo,
que me abres de un tajo
un arañazo seco (casi indoloro)
tus dedos exprimen
haciendo fluir el jugo placentero
rompiendo la tensión externa de los delicados pliegues
igualando al llanto,
liberando, al fin, mis cuidadas lágrimas
retenidas en aquel mundo
donde soy la mujer poderosa
y dónde sólo tú sabes
la infinita pequeñez de mi existencia.
Pero,
yo no puedo penetrarte
ni oler tu perfume salobre
aunque sé que fluyo en tu sangre
cada uno
lucha solo, contra el miedo y la tristeza
eres un animal herido
y sin plemente en tu aullido
me hermano contigo.
Te pierdo, sin embargo,
cuando la vida florece
en tus ojos tristes y extraviados
en tu cuerpo esquivo
que no abraza
y en esta casi la hora de mi partida
adormecido
te acuestas en silencio
lejos de lo que fue mi guarida.
2 comentarios:
una entrega no correspondida. Un vals en solitario, un tango a medias. Un encuentro, una unidad sólo en la carne y la ilusión que sea en la sangre.
¡pobre Amborosio¡
Paladear el sabor de lo imposible, olerlo, sentirlo hasta casi la locura y no tenerlo.
Hermoso
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